Bienvenidos

Este es un blog dedicado a las opiniones e impresiones, sobre todo y sobre nada, de quienes las escriben. Cada uno con su visión e ideas sostiene con su columna una parte importante del edificio. Siéntense a su sombra, hagan corrillo, beban de sus fuentes, ríanse, emociónense, abúrranse, comenten la jugada, o incluso añadan su propio fuste y capitel. Que lo disfruten.

martes, 10 de julio de 2012

Medicalización

La salud es definida por la Constitución de 1946 de la Organización Mundial de la Salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Basándose en esta peligrosisíma definición se han medicalizado multitud de problemas sociales, personales o laborales creándose unas necesidades de “tratamiento” ficticias y una dependencia cada vez mayor de la sociedad de los médicos y los laboratorios farmacéuticos, que presumen de tener recetas mágicas para solucionar aquello que, en realidad, no se soluciona con química sino con cambios de actitud o simplemente usando el sentido común.

No es conveniente para las multinacionales farmacéuticas ni para muchos médicos, que las personas se responsabilicen de su estado de salud. Es mucho más rentable hacerlas dependientes de la mayor industria que existe: el negocio de la salud.

Sacar un nuevo fármaco de calidad es muy caro. Por el contrario, inventar una nueva enfermedad y aplicarle fármacos antiguos a esa nueva patología es muy rentable.

Algunas “nuevas enfermedades”

1. La timidez ya no es una manera de ser, es algo que hay que tratar.
2. Se le muere un ser querido o pierde su trabajo: usted no está triste. Sufre depresión. Y para la depresión tenemos muchos y variados antidepresivos.
3. Tiene 75 años y sigue trabajando como una mula, manteniendo su casa limpia y cuidando de tres nietos, sus lógicos dolores de espalda se deben a los pinzamientos de discos para lo que le podemos recetar antiinflamatorios, analgésicos múltiples, opiáceos de nueva generación y condroprotectores. Así le dolerá algo menos y podrá seguir machacándose.
4. A la señora le duelen los pies, pues le diagnosticamos pies cavos o pies planos anteriores y le recetamos la correspondiente plantilla y un antiinflamatorio para que pueda seguir deformando sus pies con zapatos de tacón o planos.
5. El crío es más trasto de la cuenta, tranquilizamos a los padres haciéndoles ver que ellos no tienen nada que ver en ello, ni el sistema educativo es deficiente: su hijo tiene un déficit de atención que, con el medicamento mágico, lograremos atontar lo suficiente al pitufo y de paso le vamos quitando esa fea tendencia a la rebeldía.
6. ¿Tiene la menopausia?. Es una terrible enfermedad de las mujeres que hay que tratar con hormonas, que curiosamente tienen más efectos secundarios que ventajas.
7. Menopausia masculina: el hombre pierde vigor, el piticlin empieza a funcionar peor. Pero disponemos del tratamiento fantástico: Viagra y hormonas masculinas y hormona del crecimiento.
8. Disfunción sexual femenina: una de cada tres mujeres “sufren” de falta de deseo, con el grave malestar y pérdida de calidad de vida y la consiguiente pérdida en las relaciones personales. Pero como las mujeres son tan complicadas ellas, aún no hay una pastillita, pero la habrá, sino, al tiempo.
9. Atención padres: hay una auténtica endemia de dismetrías de miembros inferiores y escoliosis infantil. Es que los niños ya no salen perfectos. Les da por ser asimétricos, pero no hay nada mejor (ni más incomodo) que tratar para siempre con una alza de ¡¡¡medio centímetro¡¡¡. No se nos vaya a herniar.
10. Las arrugas suponen una terrible enfermedad de la piel que suele afectar a personas con más de 40 años. Hay que operarse porque de otra manera seremos imperfectos y nuestra autoestima depende de ello.
11. ¡¡¡Hágase un chequeo¡¡¡. Contra más completo sea, más patologías le vamos a sacar y más pastillas le vamos a vender. Quién busca algo encuentra. Es lo que tiene no ser perfecto. No olvide incluir unas cuantas Resonancias magnéticas. Con ellas tendrá aseguradas varias enfermedades como protrusiones discales, roturas de meniscos en personas de más de 50 años, pinzamientos varios y un largo etcétera de “enfermedades” que nada tienen que ver con sus molestias.

La Medicina ha conseguido grandes avances y los buenos profesionales serán capaces de curar o mejorar muchas enfermedades que se pueden sufrir a lo largo de la vida. Pero la mejor manera de vivir en salud es autogestionándola.

En el blog http://wordpress.eldedoenlallaga.com/category/enfermedades-inventadas/ da las claves para autogestionar nuestra salud:
• Informarnos
• Cuidarnos, querernos, perdonarnos
• Comer mejor
• Ser menos sedentarios
• Potenciar nuestro sistema inmunitario
• Revisar nuestras emociones y pensamientos
• Sintonizar con las necesidades de nuestro cuerpo: llorar si quiero llorar, descansar cuando estoy cansado, etc.
• Descubrir qué queremos hacer en la vida antes de que sea la propia vida la que nos obligue a pensar de golpe y sea tarde (enfermedad grave, accidente, divorcio, duelo, cualquier crisis existencial)
• Relajarnos, meditar, rezar
• Armonía con el medio
• AMOR y GRATITUD
• Si ya estás enfermo: Contrastar diagnósticos con otras fuentes de información y otros tipos de medicina. Investigar sobre las explicaciones emocionales y metafísicas a la enfermedad. Buscar la causa final en nuestra propia vida y no solo el síntoma físico. Y entender que no somos responsable DE nuestras enfermedades sino que somos responsables ANTE nuestras enfermedades.

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lunes, 2 de julio de 2012

Sin furia pero sin pausa


Rogorn
en Blogorn

De verdad que yo pensaba que palmábamos contra Italia. Y no por la famosa táctica de ponerse en lo peor para que así cualquier sorpresa sea positiva, sino porque realmente me parecía que Italia llegaba con el equipo más cuajado. Me parecía que ambos equipos sabían a lo que jugaban, pero Italia acababa de finiquitar merecidamente a Alemania mientras que España llegaba del cara o cruz de los penalties contra Portugal ("ke inyustísia", se le vio decir a Cristiano Ronaldo al final, lo cual confirma que es tan gran goleador como pésimo analista futbolístico). Parecía además que Italia cuajaba justo a tiempo mientras que España parecía estar intentando ganar torneos no ya sin poner delanteros sino sin siquiera meter goles, como si marcarlos fuera una impertinencia que quita tiempo para seguir pasándosela. En muchos sitios, a falta de goles, destacaban como jugadas principales de la semifinal tres en las que España se ponía a sacar el balón jugado desde la defensa, sorteando la presión contraria sin problemas y sin el patapún parriba al que hubieran recurrido otros. Perecía que lo de España estaba a punto de acabar quedándose en una estética estéril, como la Colombia de los 90, que a cambio de ganar 0-5 a Argentina y 2-1 a Alemania ("¡Dios es colombiano!", gritó Radio Caracol), luego perdía con Camerún por pasarse de pases.

Pero no. Nada más lejos que eso. En lugar de ser el final de la hazaña, fue su culminación más exitosa. A falta de superlativos de la gente de letras, quizá lo que más elogie a este equipo sean las matemáticas. Tres torneos seguidos ganando (primera vez en la historia), todos ellos encajando cero goles en 10 partidos de fases eliminatorias. La última vez que alguien nos eliminó de algo fue Francia en 2006, hace tanto tiempo que ni se había estrenado 'Alatriste'. Esa fue también la última vez que alguien (Zinedine Zidane, un genio tenía que ser) nos metió un gol en partido a cara o cruz. Más cifras: el 4-0 es la mayor victoria en cualquier final de Europeo o Mundiales en la historia. Todos los goles, además, de jugada y sin penalties. Además, estas victorias han llegado rompiendo maldiciones históricas, como la de no haber ganado nunca un partido oficial a Francia, o a Italia desde hace 92 años, cuando casi era obligatorio jugar con mostacho alatristesco. Ya antes habíamos roto la ingeniería alemana, no una sino dos veces. Y más estadísticas habrá.

Se habla de vez en cuando sobre si esto del fútbol puede inspirar a lo demás o no. Pues no si no se quiere, pero si uno se deja sí que puede hacerse. Más que nada, porque para mí una de las cosas más valiosas que ha traído este triunfo es que se ha hecho de una manera que ha roto clichés y topicazos. En pocas cosas se oyen más lugares comunes que al hablar de fútbol, donde los alemanes siempre son altos y organizados, los italianos mezquinos, roñicas y nunca más orgullosos que cuando ganan medio a cero, los ingleses tienen un fútbol típicamente británico, los croata típicamente balcánico y los sueco típicamente escandinavo, fino análisis que demuestra más pericia al leer un atlas que al mirar de verdad cómo se juega.

En ese reparto de tópicos a España le toca el que ella misma se puso, el de la Furia Roja. O visto desde fuera, daba igual que Antonio Maceda fuera un vikingo gijonés, rubio y de metro noventa: simplemente por marcar un cabezazo a Alemania en el 84 tenía que hacerlo con la pasión flamenca de un matador. Claro que más a menudo la famosa furia se nos iba por la boca, y luego acabábamos siendo, en lugar de torero, toro furioso pero sometido a suerte suprema, como casi todo toro por furioso que sea. Todo se analizaba así, y es más, parecía que no había otra manera de hacerlo. Otro rubio, este de Baracaldo, de la margen izquierda, fue quien más quiso llevarnos en los 90 a esa caverna donde aún retumba el eco del "A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo" gritado por otro vasco en los Juegos de Amberes en 1928, cuando los del mostacho alatristesco. Las cosas se hacían con cojones, españolía y seis centrales reconvertidos (que suena muy minero y muy machote y muy de altos hornos), o no se hacía.

Pues esta selección española le ha quitado la zarandaja a todo eso. En contra de todo tópico racial, latino, cabreao, bragao y sangrerrojo, no hay manera de jugar más pensada, deliberada y cerebral que la de esta España. En contra de la sangre, el sudor y las lágrimas, se basa en la matemática más pura y en los porcentajes más favorables, heredados todos ellos de ideas de cajón: tener más el balón que el contrario reduce matemáticamente los probabilidades de encajar un gol, así que tengámoslo. Pasar el balón rápido reduce las probabilidades de que te lo roben, así que pasémoslo rápido. Tener un mayor número posible de jugadores que lo pasen rápido aumenta las posibilidades de pasarlo rápido, así que fuera los que no sepan, o mejor dicho, adentro los que sí sepan. Si miden 1.80, pues 1.80, y si miden 1.20, pues 1.20. ¿Que no los hay? Los criamos desde pequeños. Y así, es español bajito y cabreao pasó a ser el español bajito y pensador, el que se cuela entre seis croatas o seis italianos y te la clava por debajo de las picas. Ahí está Iniesta, que ya era famoso con el Albacete alevín, y a quien se ha ido siguiendo con precisión de científico de bata blanca hasta llegar a meter El Gol Que Ganó Un Mundial. Ideas claras, líneas rectas, diagonales precisas, llevadas tan al último extremo que no existe otra forma de jugar, y hasta los córners se usan más para volver a empezar el baile desde el principio que para que suban los altos a rematar. Más aún, si para llevar esta idea a la máxima consecuencia te sobra un delentero, o los dos, se quitan y se ponen seis jugones en el campo, como ha hecho Vicente del Bosque, que para eso viene de una ciudad univeristaria como Salamanca. Esta era la última vuelta de tuerca, y es la que se ha dado, logrando uno de los mayores éxitos de siempre cuando parecía que no iba a funcionar.

Hay por ahí el debate sobre si lo de "la Roja" es un contubernio para evitar decir "España". Puede que no sea mentira en algunos casos (Piqué y Fàbregas lo primero que hicieron con el trofeo fue sacarse una foto de ellos tres con una senyera, por ejemplo), pero el acierto de Luis Aragonés (natural de Hortaleza, y por lo tanto, según el topicazo puto centralista madrileño diga lo que quiera) al pedir que se la llamara así, fue lo de quitar la tontería esa de la Furia. Ese fue el primer pasó adelante. Luis no es de los que se achantan a la hora de hacer machadas a la antigua (una vez casi gana la copa de Europa con el Aleti, contra el Bayern, justo antes de morir Franco, lo cual hubiera sido el colmo del casticismo carpetovetónico), pero siempre supo ver con los ojos del pueblo y aún así escoger lo mejor de él, no las patochadas de graderío, que hay muchas. Y lo mejor ha sido: demos una camiseta del mismo color a los que saben jugar. La Roja. Sin furia, pero sin pausa.

¿La moraleja? Pues quizá quitarnos los topicazos de encima. Porque ahora tampoco hay que pensar que esto es algo cien por cien hecho en España. Qué va. El principio de todo esto vino de Holanda, o sea de Flandes, con el Ajax de Amsterdam y la Naranja Mécanica de los 70, que vino a España vía Barça y Johan Cruyff. O sea, el principio fue, otra vez, lo del "que inventen ellos". Pero una vez inventadas las cosas por otros, la verdad es que no las hacemos mal aquí. El nuestro no fue el primer imperio, pero fue el más grande. El nuestro no fue el primer viaje largo, pero descubrió lo que luego todo el mundo dice que ya sabía que estaba ahí. También sabemos dar premios nóbeles de vez en cuando, dictadores que duran 40 años, transiciones democráticas hechas en un santiamén, las mejores playas, las más masificadas, más transplantes que nadie, más paro que nadie, siete garrós seguidos, mogollón de inmigrantes, mogollón de emigrantes, oros en baloncesto, balonmano, voleibol y waterpolo (y fútbol), 500 millones de hispanoparlantes, Migueles de Cervantes mancos -pero da igual, porque al menos le dejaron la de escribir quijotes-, Institutos Cervantes cerrados, barcos con honra y con Marrajos pero sin ni puta idea de lo que hacían. Somos lo mejor y lo peor, como cualquier otro país del mundo, así que no dejemos que las ideas preconcebidas nos hundan. Salgamos por donde menos se nos espera, pero poniendo trabajo, preparación y cabeza. Ante todo, mucha cabeza, que este es un país de cráneos previlegiados que hay que poner a funcionar a la de ya.

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viernes, 25 de mayo de 2012

Servicio público versus gestión pública

Los políticos son políticos, no gestores. Cuando los políticos se meten a gestores, el desastre casi siempre acecha.

Todo lo que es gestionado directamente por políticos cae en el despilfarro, el descrédito, la incompetencia, cuando no directamente en la corrupción.

El político debe establecer las políticas sobre las que se va a desarrollar el Estado y es el responsable del poder legislativo (parlamento) y ejecutivo (gobierno), pero no tiene porqué gestionar directamente el presupuesto, sino asignar el mismo a las necesidades de la sociedad.

Que se quiere una Educación pública y una Sanidad pública (por poner sólo dos ejemplos candentes), pues deberá velar por la gratuidad y calidad de ambas para todos los españoles en igualdad de condiciones. Se debe establecer un catálogo de servicios que se deben cumplir y establecer los mecanismos para asegurar la calidad del servicio que se va a prestar y aportar los fondos para que se cumpla. Pero no tienen porqué ser ellos los que gestionen el día a día de cada colegio, cada hospital o cada compra de material o cada contratación de personal.

Es en la gestión en donde han fracasado los políticos, porque se han metido a gestionar cientos de miles de millones sin saber.

http://economia.elpais.com/economia/2012/05/09/actualidad/1336585683_002948.html#sumario_1

En este artículo se aprecia claramente lo que defiendo. Los que hablan de rescate a la banca en España están equivocados. Se han rescatado sólo Cajas de ahorro, es decir, aquellas entidades financieras gestionadas directamente por políticos y sindicatos (salvo Cajasur gestionada por la Iglesia). No se ha tenido ni se tendrá que rescatar a ni un solo banco español gestionado por banqueros.

¿Qué es lo que defiendo?. Que hay que alejarse del modelo público de gestión y acercarse al concepto de Servicio público gestionado por profesionales, que es el que obtiene los mejores resultados en todo.

Por que ¿qué ventajas sobre mi salud o sobre la educación de mis hijos se obtiene por el hecho de que el que dirije un Hospital o un colegio sea un político en vez de una empresa privada?. Lo importante es que el servicio que se presta sea de calidad, gratuito e igualitario, pagado por los impuestos. Y en todas las áreas, sobre todo la sanitaria y la educativa, los españoles prefieren la gestión privada de los servicios públicos. De hecho, la mayoría de los que pueden optar prefieren un colegio concertado. El 95% de los funcionarios, que pueden elegir entre Seguridad social o compañías privadas de salud, escojen estas últimas.

Démos la palabra a los españoles. Dejémos que todos escojan lo que prefieran. Habría un trasvase monumental a las entidades privadas concertadas

sábado, 21 de abril de 2012

Recortes en Sanidad

Creo que la Sanidad pública española es el avance social más valorado del Estado del bienestar en España. Pocas cosas como la Sanidad son tan equilibradas, justas y redistribuidoras de riqueza. Además, con sus fallos, que son muchos, tiene un nivel de calidad altísimo.

Los recortes del actual gobierno son injustos, innecesarios y poco eficaces.

El copago de recetas es absurdo. Según los que lo impulsan, va a ahorrar 200 millones de euros: FALSO.

El sistema de control para verificar los ingresos de cada usuario se llevará la gran mayoría de ese ahorro, porque no sólo hay que verificar 45 millones de tarjetas, metiendo los datos en cada una de ellas, es que posteriormente hay que verificar si las circunstancias económicas de cada usuario cambian con el tiempo. Aumenta de manera espectacular la burocracia y ésta se llevará el tan pretendido ahorro.

Se van a quitar medicamentos que supuestamente tienen un perfil terapéutico bajo y se va a potenciar el uso del medicamento genérico y, éstos, se adquirirán mediante subasta: FALSO.

Uno de los grandes errores del sistema sanitario ha sido la potenciación de la multirreceta. Si se tienen pocos minutos para atender a un paciente, el médico tiende a solucionarlo todo a base de recetas (que se tardan unos segundos en rellenarlas) en vez de explicar al paciente modos de vida más sanos (que se tardan 15minutos). Por ejemplo, en mi propia experiencia, si viene una señora con dolor de pies, tardo 10 segundos en rellenar una prescripción de plantillas. Si le explico el tipo de calzado que debe usar para que los pies no le duelan y la convenzo de que el uso del calzado femenino es pésimo, tardo 10 minutos. Una plantilla cuesta al sistema 98 euros y no le resuelve el problema a la señora. El uso de calzado adecuado le solucionará el problema, no cuesta nada al sistema y estoy educando a la población en salud.

Así, si quitan medicamentos con poca eficacia (que suelen ser los más baratos), el médico se va a limitar a recetar otros, más caros.

El problema no radica en el precio de los fármacos, que también, sino en el abuso generalizado de su prescripción. Además, esto genera en la conciencia colectiva que salud=fármacos. Ir al médico equivale a que te tiene que recetar algo que solucione cualquier dolencia que tengas. Y nada más lejos de la realidad. Calculo que en España, el 70% de las recetas, no deberían haber sido prescritas. Sólo con este ahorro, se conseguiría mucho más que con todos los ahorros que ha propuesto el PP

¿Cómo se consigue este ahorro?: más tiempo por paciente y controlar más la prescripción de los médicos en el sentido de que sea una prescripción de calidad, sujeta a la mejor evidencia científica disponible.

Y por último, para no cansar al personal (hay muchas más cosas), echo en falta lo más sensato, lo que realmente hay que hacer y que brilla por su ausencia en estos recortes. Se habla sólo de recortes…pero no se habla para nada de racionalizar la gestión. Con una buena gestión de los recursos de los que se disponen, podríamos tener una Sanidad infinitamente mejor, comparable a la mejor sanidad privada de USA, con un coste mucho menor, sin recortar ni un solo derecho. Pero gestionar bien no es tan fácil como recortar por lo sano…..

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domingo, 11 de marzo de 2012

Teoría y práctica de lo feminazi

Rogorn
en Blogorn

En los últimos tiempos se está oyendo cada vez más la palabra "feminazi", un término un tanto brusco que, sea cual sea su origen, quien lo usa o se lo aplica a otros lo hace sobre todo por disconformidad con un tipo de política de género que está siendo llevada a un extremo no compartido por una parte apreciable de la población. Por ejemplo, no es lo mismo desear la igualdad de salarios independientemente del sexo de la persona que realice el trabajo (aspiración unánimemente compartida por toda la población) que amenazar con multar a aquel medio de comunicación que publique un anuncio en el que "se buscan traductores" en lugar de "traductores y traductoras". En este último caso, no solo hay mucha gente, tanto hombres como mujeres, que están en desacuerdo con ese continuo desdoblamiento del lenguaje en su forma masculina y femenina, sino que todavía hay más gente en desacuerdo con que se llegue al extremo de censurar, alterar o prohibir un texto que no esté escrito con arreglo a esta práctica, e incluso tomar represalias activas contra quien lo publique.

Es precisamente este segundo tipo de ordenamientos legales (que no dejan lugar a la elección personal sobre si usar esta forma de desdoblamientos y que por lo tanto impone una opción sobre otra usando incluso el peso sancionador de la ley contra quien actúe de manera diferente) lo que ha llevado a la queja de muchos y ha contribuido a extender el uso de la palabra "feminazi", a modo de protesta. Mientras que alguien que no quiera usar el desdoble de géneros no tiene ninguna base legal para obligar en ningún caso a quien quiera hacerlo a que no lo haga, los partidarios del desdoble sí que están, cada vez más, obligando a los demás a actuar como ellos quieren, a base de introducir su postura al respecto como parte de la legalidad en la que vivimos.

Por supuesto, hay que decir que la excusa perfecta es que todo esto está hecho democráticamente. Hoy en día, cualquier ley o regulación que se aprueba en España está hecha por alguien que está habilitado para aprobarla según unos cauces que incluyen, en mayor o menor medida la participación democrática de todos los ciudadanos, aunque en muchos casos ésta se reduzca solamente a votar a un partido con cuyo programa, propuestas y decisiones finales se ha de estar de acuerdo en bloque o no. Una vez elegidos los representantes del pueblo, las decisiones que éstos tomen sobre si obligar a los ciudadanos a usar el desdoble de géneros no son diferentes de otras muchas que se toman continuamente, por ejemplo sobre la velocidad máxima en las carreteras, los supuestos en que se puede abortar, la prohibición o no de las corridas de toros, el coste de una matrícula universitaria, y millares más, muchas de las cuales, por definición, dejarán contentos a unos y descontentos a otros. En todos estos casos, quien no esté conforme con lo que han decidido los legisladores elegidos por el pueblo no tiene más (ni menos) que hacer que utilizar los mismos mecanismos democráticos que se usaron para aprobar cualquier medida con la que se esté en desacuerdo: haz un partido, hazte de un partido, presiona a los dirigentes políticos necesarios o simplemente protesta y convence a otros para obrar igual hasta conseguir una corriente de opinión que pueda lograr el cambio que deseas.

Sin embargo, este es un escudo un tanto endeble. Decir que se usa la democracia para obligar a alguien a hacer algo que no quiere puede ser un contrasentido fatal. Si hablamos de ser democráticos, ¿no sería más democrático y más garante de las libertades y derechos de los ciudadanos que cada uno pudiera elegir si desdobla el género de sus frases o no? Los feminazis piensan que no. Que su opinión debe ser legalmente compartida por todos los demás. Y ese es uno de los principales rasgos de los feminazis.

Quede claro que digo "los feminazis" usando el masculino genérico recomendado por la RAE (que a su vez sigue el uso de la lengua que hacen y han hecho los hispanohablantes de todo el mundo), y por tanto incluyo en el término tanto a hombres como a mujeres. Porque, a pesar de que a menudo se usa en femenino solamente, hay feminazis hombres, de la misma forma que hay muchísimas mujeres que rechazan el extremismo del desdoblamiento continuo del género al hablar o escribir, y rechazan mucho más que se convierta en obligatorio y obligado. De hecho, uno de los signos más extremos del "feminazismo", o mejor dicho, una de las manifestaciones más extremas a las que puede llegar es la de pretender hablar por todas las mujeres del planeta. "Representar a ese 52%", como empieza a oírse por ahí. Sería muy interesante preguntar a este tipo de personas qué piensan de las mujeres que no están de acuerdo con su postura sobre el desdoble del género en el lenguaje, así como con otras opiniones extremas sobre la "visibilidad" y derechos la mujer en la sociedad. ¿Las consideran descarriadas, engañadas, traidoras, "cerebrolavadas"? ¿Pobrecitas que no dan más de sí? ¿Muestras de que el machismo imperante les ha robado su propia capacidad de pensar correctamente (donde "correctamente" es pensar como ellas, claro)? ¿O por el contrario se les permite, más o menos graciosamente, poder pensar distinto, siempre y cuando se fastidien y sigan sus reglas extremistas sin protestar?

Otro rasgo importante de lo feminazi es el de calificar a quien piensa diferente con palabras como machista, opresor, fascista, misógino y otras similares. Es decir, se arrogan el derecho de calificar de esta forma a otras personas, la inmensa mayoría de las cuales ni son machistas ni opresoras ni fascistas ni misóginas y luego se extrañan de que tras ser insultados de esta forma, quienes sufren estos calificativos decidan reaccionar ridiculizando sus actos con palabras como "feminazi". Si alguien que está descontento con los banqueros corruptos los llama "ladrones" o "chorizos", o se inventa apodos para sus políticos más odiados, a menudo en manifestaciones públicas y sin censurar, no veo por qué no se puede replicar a alguien que te llama "fascista" sin razón con el palabro "feminazi". Solo faltaba que encima buscaran impunidad y sumisión sin rechistar.

Porque además, no sé si los feminazis se dan cuenta de a cuánta gente están insultando. Cada vez que el padre de uno de ellos dice "esta noche saldremos con unos amigos" (sin añadir "y amigas"), cada vez que una hermana suya diga "la semana próxima visitaremos a nuestros primos" (sin añadir "y primas"), y cada vez que uno de esos primos diga "ayer tuvimos reunión de propietarios de la comunidad" (sin añadir "y propietarias"), deben saber que los feminazis en cuestión, sus propios hijos, hermanos y primos, les están llamando fascistas, machistas, misóginos y opresores, a ustedes, los propios miembros de su familia.

Es este hartazgo el que está llevando a mucha gente a rebelarse y a desahogarse de alguna manera con el término "feminazi", dirigido, quede claro, de manera expresa solo contra quienes apoyen manifestaciones extremas e intolerantes como la de la obligatoriedad del desdoble de género en el lenguaje. No está dirigido contra todas las mujeres, ni contra todos los feministas. Mucho ojo, porque otro rasgo del feminazismo es el de igualar protestas contra ellos a insultos contra todas las mujeres o todo lo feminista. "Fulanito ha insultado a las mujeres al llamarlas feminazis", se oye por ahí. Pues no. Igualar femenino y feminista con feminazi es como igualar social y socialista con nacionalsocialista hitleriano. Cada vez que alguien os lo llame, queridos feminazis, se os llama a cada uno de vosotros personalmente y por una razón concreta. No os escudéis en una imaginaria muchedumbre que no os apoya. Hay una muchedumbre que sí os apoya, pero hay otra que no, y no os corresponde a vosotros decir quién forma parte de ella.

Puede que a algunos este asunto les parezca de poca monta, pero desde el momento en que te pueden poner una multa o rechazarte una tesis o no aprobarte un proyecto o incluso denunciarte en el trabajo (o no aceptarte en él) por no usar este tipo de lenguaje impuesto, el tema ya deja de ser una discusión bizantina, para pasar a afectar a la economía y al futuro laboral de quien le pille. Aparte, hay razonamientos feminazis que están empezando ya a salirse de madre, y pueden acabar siendo peores. Una de las que decía hablar por el 52% también dijo que usar el desdoblamiento del género al hablar "haría posible erradicar una lacra que en este país se viene cobrando desde 2003 entre 60 y 70 mujeres por año". ¿Pero qué me estás contando? ¿Que quien no desdoble es un maltratador en potencia o una maltratada sumisa? ¿Que un tío que desdobla nunca será capaz de pegarle a una tía, o a un hijo suyo? ¿Que si el novio nuevo de una amiga (o amigo) tuyo dice "Buenas a todos" al llegar al bar es mejor que vaya cortando con él porque un día le pegará cuatro tiros o cuatro cuchilladas? O sea, que por tu forma de hablar se te llama ya no solo fascista, misógino, violento y demás, sino encima asesino. ¿Cómo no va a rebelarse la gente, usando su libertad de expresión (mientras la haya)?

Todo esto empezó de un propósito loable, como es el de luchar contra las desigualdades de la mujer en la sociedad, que existen, y todos debemos luchar por hacerlas desaparecer. Pero estar de acuerdo con eso no significa que haya que tragar con cosas que no son verdad ni que son rechazadas por muchos, incluyendo gran número de representantes de la parte, digamos, perjudicada, en este caso las mujeres. Ni mucho menos debe uno tragar con que lo califiquen de algo que no es. Una respuesta en forma de etiqueta usada de forma burlona, o cabreada, o sibilina, o como quiera cada uno, es lo menos que puede ocurrir a quien se arroga semejantes aires.

Una muestra de esto, y una reflexión bastante mejor escrita, puede verse en el texto 'Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer', escrito por Ignacio Bosque, de la RAE. No solo es un texto escrito con gran elegancia, claridad y multitud de razonamientos y ejemplos que demuestran que el idioma español no es sexista cuando no desdobla el género, sino que además ha generado multitud de comentarios favorables por parte de muchas mujeres.

También ha generado ejemplos de otro rasgo más del feminazismo, que es el de despreciar las opiniones de otros grupos, como en este caso la RAE, porque esté formada por hombres en su mayoría. Claro. Y muchas asociaciones de ideología feminazi están formadas por más mujeres que hombres. Sin embargo ahí no ven ningún problema.

En suma: el idioma español no es machista ni opresor ni invisibiliza a las mujeres por usar el masculino como genérico. Contra quien use como axioma de sus razonamientos el que sí lo es, cabe simplemente negarle la mayor y decir que no lo es. Como se desprende del texto de Bosque, hay cosas mucho más importantes en las que fijarse y contra las que actuar para mejorar la situación de la mujer que un inexistente machismo del lenguaje.

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lunes, 27 de febrero de 2012

De soledades

De soledades

Nací en un barrio aislado de Córdoba, de casitas blancas, con ritmo de vida rural. Casas abiertas, patios con macetas, salida nocturna a la calle con las sillas y mecedoras para hacer vida comunitaria, todos a una ante la desgracia de un convecino, partos en las casas y niños jugando solos en el exterior y reprendidos por cualquier adulto que pasara. También chismorreos y meterse en las vidas ajenas. En fin, con todo lo bueno y lo malo de vivir en comunidad.

En mi anterior entrada comentaba que jamás se había tenido en España un nivel de vida tan alto como en los últimos años, pero jamás han habido tantas quejas.

Al margen de los banqueros, neoliberales, corrupciones y demás, que siempre han existido y posiblemente con mucha más fuerza, una buena parte de culpa la tiene la soledad en la que vivimos.

La comunidad ha muerto. Se ha pasado de la fraternidad social a la familia como eje central y casi único de nuestras relaciones. La intimidad ya no se comparte. Hay un muro infranquable en la puerta de cada hogar y los de fuera se convierten en simples amigos o compañeros de trabajo con los que charlar de vez en cuando, pero sin formar la comunidad, la tribu que siempre ha existido.

La vida rural con su vida comunal ha desaparecido. Antes habían dictadores, nobles impresentables, curas impositores, pero las desgracias se compartían entre todos y una parte de poder, aún insignificante, pertenecía al pueblo entero. Ahora nos encontramos solos ante la adversidad. No nos podemos apoyar en el resto de la comunidad. Vivimos aislados y con la sensación que, estando tan solos, nada podemos hacer frente al poder.

Vas a la manifestación llena de desconocidos. Durante unas horas hablas el mismo idioma de otros miles, pero tras la misma, todos vuelven a casa y se vuelven a encerrar en su soledad, en su aislamiento. Y lo malo de esta soledad es que se convierte en rutina. Ya no sabemos interactuar. Vas al gimnasio y cada uno se dedica a lo suyo sin apenas entablar relación con el resto. Vas al mercado, al hiper, la barbería o a la mercería de la esquina y sucede exactamente lo mismo.....rutinas de soledad.

El primer paso para repartir elpoder es volver a crear comunidad, aun en las grandes ciudades.

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domingo, 26 de febrero de 2012

Lucha social

Durante los siglos XVIII, XIX y XX se sucedieron los movimientos que han cambiado por completo el panorama de libertades y el reparto más justo de la riqueza. El marxismo, el sindicalismo, el feminismo y el capitalismo, los más importantes pero no los únicos, han cambiado el nivel de vida de la gente y han conseguido que nuestra sociedad sea más equitativa, justa, racional, formada y decente.

La lucha ha sido brutal y ha dejado innumerables muertos, presos y sufrimientos de todo tipo en las personas que no se conformaron con el satus quo de la nobleza y el clero. A todos ellos les debemos gran parte de lo que disfrutamos ahora.

Pero el trabajo no está acabado. Hay mucho trecho recorrido, el más duro, pero queda mucho por hacer.

Y en el trabajo que queda por hacer, ya no sirven los métodos que tuvieron que emplear nuestros antepasados (que no tuvieron más remedio). Se ha conseguido un sistema de libertades que, aún imperfecto, da cabida para poder afrontar el auténtico reto al que nos enfrentamos, que no es económico, por mucho que la crisis esté haciendo sufrir, sino de reparto de poder.

El marco político actual es a todas luces insatisfactorio. Y todos somos responsables de ello. Por ingenuidad, inocencia o simple dejadez, la inmensa mayoría de la sociedad ha dado el poder a unos pocos, ya sea a través de las urnas, y sólo de las urnas, ya sea por dejar que la creación de riqueza esté en manos ajenas, conformándonos con un sueldo, y no entrando a ser agentes activos en la economía.

Las pancartas, las manifestaciones, las quejas, los movimientos de indignados, los silbatos o la violencia, que en su día fueron imprescindibles, hoy son ineficaces y absurdos. No más pedir, no más "exijos". Todo ello no son más que formas pasivas de descargar emociones. Como mucho pueden servir para que el de arriba "conceda" una mínima lismona para que, dando algo, todo quede igual.

Tenemos armas mucho más poderosas que la queja, armas que nuestros padres y abuelos consiguieron darnos a base de mucho dolor: las libertades. Y con esa libertad, si la usamos de verdad, sí que cambiaremos la forma de hacer política, sí que conseguiremos ese reparto de poder.

Pero la libertad es tremendamente incómoda. Supone entrar de lleno en la vida política de la comunidad, entrar o crear asociaciones de vecinos, asociaciones de pacientes dispuestos a trabajar codo con codo con los sanitarios para colaborar en la mejora de la Salud de la población. Supone que las asociaciones de padres de alumnos estén abarrotadas de padres dispuestos a trabajar y colaborar en todo con los colegios. Supone que el funcionario no cumpla sólo con su trabajo sino que se implique activamente en la mejora contínua de los servicios. Supone que millones de trabajadores no paguen sólo su cuota sindical, sino que participen activamente en las políticas de los sindicatos. Supone que millones de personas se afilien o creen partidos políticos y obliguen a abrir debates internos y a democratizar internamente esos partidos. Supone que millones de personas dejen de buscar empleo o se presenten a oposiciones y empiecen a pensar en crear empleo.

No es hora de la queja sino de la acción.

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sábado, 18 de febrero de 2012

Codependencia

Al que de vez en cuando se haya acercado a este blog, o a mí en persona, no le extrañará esta entrada.

La mayoría de post que he escrito gritan, desde uno u otro prisma, contra la codependencia.

Todos somos interdependientes, nos apoyamos más o menos en los demás. Al fin y al cabo, somos seres comunitarios, estamos programados para vivir en sociedad, y conlleva muchas ventajas...y algunos inconvenientes.

Pero la codependencia es una adicción, no una necesidad. Es la adicción más frecuente. De hecho, más del 90% de las personas tienen un grado mayor o menor de codependencia.

¿Qué es la codependencia?
Aunque esta palabra no está en el diccionario de la RAE, el concepto es claro: consiste en estar centrados en otra persona o circunstancia fuera de nosostros mismos. Supone una actitud en la vida que suele ser fomentada y aplaudida por el entorno como un rasgo propio de la generosidad, bondad, incluso amor (véase una entrada previa sobre "Las mujeres que aman demasiado").

Ser una buena madre, un buen hijo o un buen esposo significa preocuparse por el otro más que por sí mismo: es el sumun de la santidad. Sin embargo, no es más que una conducta adictiva caracterizada por el control obsesivo en los problemas o circunstancias de otros en detrimento de las propias. Son personas que se autoimponen ser los salvadores de otro u otros. Cuidan y se involucran en las vidas de los demás para salvarlos, ya sea del alcoholismo, del ateísmo o de cualquier circunstancia que consideren negativa para la vida del otro.Se preocupan tanto de "salvar a los demás" que terminan convirtiendo sus propias vidas, y la de los que intentan salvar, en un caos.

Cuando no consiguen salvar al otro, como en cualquier otra obsesión, en vez de parar, piensan que no han hecho lo suficiente o no lo han hecho lo suficientemente bien y redoblan sus esfuerzos cayendo en una espiral interminable de frustraciones contínuas, que terminan en el reproche, la culpa y el vacío y en una falta de confianza en un mundo que no quiere cambiar como esa persona cree que debe cambiar. El fin suele ser el típico pensamiento "el mundo es una mierda", "no merece la pena", "todo es injusto".

"El codependiente sufre por cosas por las que realmente no le corresponde sufrir. Monopolizan el sufrimiento ajeno y lo hacen propio. Al mismo tiempo se olvidan de sus propios problemas" (Arturo Soria).

"Por alguna razón en algún momento de nuestra vida asumimos que nuestra obligación o deber era cuidar de los demás, que esa manera de actuar nos ennoblecía y nos confería nuestro valor más intrínseco como personas. Es por eso que podemos malgastar nuestra vida rescatando a las personas que nos rodean.

Rescatar, consiste en hacer cosas por los demás que son perfectamente capaces de hacer por si mismos y que probablemente deberían estar haciendo". (Arturo Soria).

"Rescatamos cada vez que nos hacemos cargo de las responsabilidades de otro ser humano, de los pensamientos, los sentimientos, las decisiones, la conducta, el crecimiento, el bienestar, los problemas o el destino de otra persona”. (Scott Egleston).

Quieren cambiar a los demás, pero no saben cambiarse a sí mismos.

Se parte de una idea errónea: podemos cambiar a las personas que nos rodean. Y se olvida lo esencial: sólo podemos cambiar lo que depende de nosotros.

"La manera mas segura de volvernos locos es involucrarnos en los asuntos de los demás y la manera más rápida de volver a estar sanos y felices es atender nuestros propios asuntos”. Melody Beattie.

No siempre la codepndencia es entre dos personas. Cada vez asistimos más a la codependencia social, a personas que se involucran demasiado en todos los problemas sociales y se olvidan de lo más importante, los propios problemas. Se sienten buenos siendo solidarios, luchando por los demás, por la justicia. Quieren (y creen que pueden) cambiar el mundo, cuando la única manera de cambiarlo en efecto es ocupándose de uno mismo.

El mundo está regido por una minoría de personas que no son codependientes.

“A fin de cuentas, los demás hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo), piensan lo que quieren pensar, hacen las cosas que creen que necesitan hacer y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. El hecho de que ellos no tengan razón y nosotros si, no importa. Tampoco importa que se estén lastimando a si mismos. No importa el hecho de que nosotros podríamos ayudarles si nos escucharan y si colaboraran con nosotros. NO IMPORTA. NO IMPORTA. NO IMPORTA, NO IMPORTA (…) La única persona a la que puedes o podrás cambiar es a ti mismo. La única persona a quien te corresponde controlar eres tú.” Melody Beattie.

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