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Este es un blog dedicado a las opiniones e impresiones, sobre todo y sobre nada, de quienes las escriben. Cada uno con su visión e ideas sostiene con su columna una parte importante del edificio. Siéntense a su sombra, hagan corrillo, beban de sus fuentes, ríanse, emociónense, abúrranse, comenten la jugada, o incluso añadan su propio fuste y capitel. Que lo disfruten.

domingo, 7 de febrero de 2010

Madurez

Del blog de Juan: Adicto a la gente.

¿Qué es la madurez?. ¿Para qué sirve?. ¿Se puede ser maduro e inocente?. ¿La madurez procura felicidad?. ¿Como sé que estoy maduro?.

Definición

Como me pasa tantas veces, la definición de la RAE, siendo exacta, me deja frío. "Buen juicio o prudencia, sensatez."

Pues sí. Son características de una persona madura. Pero hay muchas más características que considero necesarias.

La madurez, más que un momento cronológico, es un estado mental, en el que se acepta como un todo nuestro lado más emocional y nuestro ser racional, conjugándose ambos, para dotar nuestra personalidad de una coherencia interna, es decir pensamos, decimos y hacemos lo mismo, sin contradiciones. Esta coherencia interna no implica inmovilismo. La persona madura cambia y sigue creciendo.

¿Para qué sirve?

Para saber cuidarnos. Para hacernos independientes. Para no ser esclavos de dependencias, miedos o lazos afectivos que asfixian.

Sirve para situarnos en el mundo y aceptar el entorno aceptándonos. Ocupando nuestro lugar en el mundo de una manera realista, dando lo que podemos dar y sabiendo recibir. Comprometiéndonos con lo que nos podemos comprometer, respetando nuestras posibilidades.

¿Se puede ser maduro e inocente?

Hay una tendencia a considerar madurez e inocencia como antónimos. Y es cierto que en muchas personas es así.

Las experiencias hostiles nos pueden hacer incrédulos y muy críticos con el ser humano. A no creer en nadie. A considerar al vecino como un posible lobo más. A tratar al de enfrente con ironía y sarcasmo en vez de con la humildad necesaria del que sabe que puede aprender del más lerdo. Y nos convertimos en erizos.

En estos casos se puede hablar de madurez emocional, pero no de madurez social.
Cuando se consigue ser maduro y a la vez inocente, se alcanza el grado de madurez máxima: emocional y social. La inocencia no es sólo no ser culpable. También supone no buscar culpables en los demás.

Pero ser inocente no significa ser lelo. Una persona inocente y madura se integra perfectamente en su entorno, crea buen ambiente a su alrededor, saca lo mejor de los demás, pero no se engaña con respecto a las debilidades propias y ajenas ni las maneja a su favor. Sólo le sirven para comprender. Y de esta comprensión surge la lucidez.

¿La madurez procura felicidad?

Ni la madurez e inocencia son antónimos ni la madurez es sinónimo de felicidad.

Pero siguiendo la idea anterior, la persona madura emocional y social, tiene mucho recorrido hecho para un estado de felicidad.

Pero también se puede ser feliz siendo inmaduro.

¿Como sé que estoy maduro emocional y socialmente?

Cuando estás dispuesto a cambiar, si es necesario.

Te autocriticas, no para machacarte, sino para mejorar. Aceptas de la misma manera la crítica ajena.

No te entregas al victimismo y a la autocompasión.

Te ríes de tí mismo y no pasa nada.

Eres libre pero te responsabilizas de tus actos sin excusas ni justificaciones.

Sabes pedir perdón y rectificar.

No esperas ser especialmente considerado por los demás.

Sabes controlar tu ira y rabia.

Huyes de reaccionar. Prefieres la acción y la anticipación.

Sabes que la vida no se rueda en blanco y negro. Hay un amplio abanico de colores. No hay buenos ni malos.

Consigues el equilibrio en tus ideas. No hay extremismo, ni el todo o nada. "En el centro suele estar la virtud".

Huyes de prejuzgar y juzgar. Prefieres comprender y saber.

Aceptas perder y sabes ganar.

Te alegras con los éxitos de otros. No sabes de celos ni de envidias.

Apenas te preocupas. Prefieres ocuparte.

Sabes que el universo no gira alrededor tuyo.

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