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Este es un blog dedicado a las opiniones e impresiones, sobre todo y sobre nada, de quienes las escriben. Cada uno con su visión e ideas sostiene con su columna una parte importante del edificio. Siéntense a su sombra, hagan corrillo, beban de sus fuentes, ríanse, emociónense, abúrranse, comenten la jugada, o incluso añadan su propio fuste y capitel. Que lo disfruten.

miércoles, 14 de enero de 2009

Bancos, empresas, Gobiernos y nosotros

Juan
En Adicto a la gente

En la actualidad se tiende a culpar de nuestra mala situación económica, del mal reparto de bienes en el mundo, de las injusticias y desigualdades, de la existencia de la pobreza, hasta de las guerras, a los bancos, empresarios o las Administraciones Públicas (sobre todo si es la norteamericana). Llegamos a estar absolutamente convencidos de ello dado que, cuando hablamos del tema en cualquier reunión, siempre nos dan la razón, todos están de acuerdo, sobre todo si no se sienta con nosotros, que es lo más habitual, ningún banquero, gran empresario, ministro o presidente de gobierno. Y contra más les criticamos, mejores somos.

Por supuesto, nosotros no somos responsables de nada, pues nada podemos hacer.

No dudo que tienen una gran responsabilidad en las cuestiones negativas que suceden, pero tanta como de las cosas buenas que también nos pasan.

BANCOS
Podría existir un mundo sin bancos, pero dudo mucho que mejorase lo que tenemos. Probablemente no sólo no aliviaría la pobreza actual si no que la extendería mucho más. El sistema financiero es uno de los pilares básicos en que se asienta nuestro estado de bienestar. No ha servido para erradicar la pobreza en todo el mundo, pero sí ha contribuido de manera eficaz para combatir la pobreza en una parte de ese mundo.

Se puede decir que lo han hecho por dinero y no con fines benéficos, y es cierto, pero muy pocos de los que critican a los bancos trabajan si no hay dinero de por medio. Yo considero justo que se gane dinero si tu trabajo esta consiguiendo un beneficio para la comunidad.

Se puede decir que ganan mucho dinero. Pero en una Sociedad como la que nos hemos dado, eso no es un delito, mientras no lo roben. Además, un sistema financiero que no sea robusto, con unas buenas ganancias, daría al triste con el tipo de sociedad que hemos constituido.

Hay bancos y banqueros sinvergüenzas, como no podría ser de otra forma. Igual que hay jueces, médicos u obreros, que no tienen la más mínima decencia en sus respectivos trabajos. Pero no se puede etiquetar a todos como deshonestos por culpa de una minoría. Pueden existir algunos abusos, como en cualquier otro aspecto de la vida, pero creo sinceramente que, al menos en España, son los menos. Buena parte de ello, y aquí una lanza a favor de nuestros gobiernos, ha sido una regulación de la actividad financiera que se ha demostrado muy válida. El ultraliberalismo ha fracasado. El Estado y, detrás del mismo todos los ciudadanos, deben poner unas normas de conducta de obligado cumplimiento para evitar casos como el que se está dando en la actualidad en EEUU. Nunca, demasiado poder en unas manos es bueno, porque siempre se van a aprovechar algunos de los que lo detentan.

Nos quejamos de los bancos, pero eso no sirve de nada. No hay que quejarse, sino ser responsable de nuestras propias finanzas. Los bancos no tienen culpa de que nos dediquemos a comprar a plazos multitud de bienes supuestamente necesarios. El último coche que se nos ha antojado o la casa más grande y mejor situada que nos podemos permitir, nos pueden ahogar....y no es el banco el que nos aprieta, somos nosotros los que hemos realizado una elección incorrecta. Ningún banquero me ha puesto nunca el revolver en la nuca para aceptar y firmar un crédito. Me venden dinero y yo acepto pagar por esa venta una cantidad estipulada. Invierto en fondos de inversiones, pero sin tener ni la más ligera idea de en qué estoy invirtiendo. Cuando las cosas van mal, la culpa de la pérdida de mis ahorros es del banco, si las cosas van bien, es que soy muy listo.

EMPRESARIOS
La lucha de clases tuvo su sentido en el siglo XIX. Hoy en día no la comprendo. Los sindicatos nos venden la imagen del empresario como un monstruo que sólo quiere ganar dinero y, para ello, explota a los trabajadores.

Esto fue así. Con las doctrinas ultraliberales, el empresario puede hacer y deshacer lo que le dé la gana. Afortunadamente, las ideas socialistas se han ido mezclando con las ideas capitalistas y, sobre todo en Europa, han creado un sistema de libre mercado con una tutela efectiva del Estado y unos altos impuestos, con lo que la brecha que existía, se ha ido cerrando paulatinamente.

Como decía antes con respecto a los bancos, hay empresarios sinvergüenzas, ni más ni menos que trabajadores por cuenta ajena sinvergüenzas, que no dan un palo al agua. Pero los empresarios son fundamentales en nuestra economía, son los que con su talento, ingenio, capacidad de innovación y sus riesgos, son capaces de vivir de su trabajo a la vez que consiguen que otros también lo tengan gracias a su ingenio. No se les puede pedir que sean ONGs, no es justo. La posibilidad de ganancia, de expansión, de crecimiento, les llena las arcas, pero a su vez, crean más riqueza para todos.

ADMINISTRACIONES PUBLICAS
Tendemos, y me incluyo, a criticar a todos los políticos. Parece que todos son ratas de alcantarilla que sólo van a medrar. Y en muchas ocasiones es cierto, pero en otros muchos no. Hay muchos honrados, honestos, que se pueden equivocar, pero luchan día a día por mejorar las condiciones de todos nosotros.

El problema principal que les veo es la falta de autocrítica. Ven muy bien los defectos del rival, pero ojo, los propios, ni flores. Pero a la hora de trabajar, creo que muchos dedican muchas horas, muchos esfuerzos para ir mejorando nuestra situación.

Basta recordar como era España hace 30 años y como es ahora. Hemos avanzado mucho y, en buena parte, se les debe a ellos.

NOSOTROS
Sobre nuestra felicidad influyen factores externos. El paro, la delincuencia, la violencia, gobiernos corruptos, bancos que quiebran fraudulantemente, empresarios sin escrúpulos que hacen la vida imposible a sus empleados o un mal sistema educativo, tienen que ver con nuestro grado de bienestar. Nosotros solos poco podemos hacer para cambiar estas realidades, pero eso no nos puede servir como coartada para no hacer nada. Al final, nuestra felicidad, depende más de nosotros mismos, de nuestra escala de valores, de saber disfrutar de lo simple, que al final es la salsa de la vida, que de las grandes cuestiones de Estado o Macroeconomías.

La Solidaridad, no las debemos dejar sólo en manos de las grandes corporaciones. No son los únicos responsables ni son los únicos que pueden hacer algo. Cambiemos a la Sociedad a través de nuestro esfuerzo y de nuestra lucha personal. Las mejores armas las tenemos, a veces, muy escondidas: una sonrisa, un abrazo, una escucha activa, un voto, un compromiso, nuestro trabajo día a día, confianza en uno mismo para poder confiar en los demás. Abrirnos al mundo, en una palabra.

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