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Este es un blog dedicado a las opiniones e impresiones, sobre todo y sobre nada, de quienes las escriben. Cada uno con su visión e ideas sostiene con su columna una parte importante del edificio. Siéntense a su sombra, hagan corrillo, beban de sus fuentes, ríanse, emociónense, abúrranse, comenten la jugada, o incluso añadan su propio fuste y capitel. Que lo disfruten.

viernes, 23 de enero de 2009

El arte de la provocación (y viceversa)

Lenka
en Esperando a los búhos

Hace menos de una semana escuchaba un debate radiofónico sobre el arte, su labor educativa, estética y propagandística a lo largo de la historia, su evolución, su influencia... los contertulios, todos ellos, llegaron a una conclusión no por significativamente compartida menos desoladora: el arte ha muerto. Pero vayamos por partes. La raíz de dicha tertulia fue la indignada reacción de Santiago Sierra (conocidísimo artista español del que servidora no tenía ni noticia, Jesús, qué incultura) cuando la prensa le preguntó, en alusión a su último trabajo, si pretendía ser provocativo. Aclaremos que dicho trabajo consiste en un vídeo de cuarenta y cinco minutos de duración en el que se exhiben múltiples combinaciones posibles de penetración anal entre hombres y mujeres, tanto blancos como negros. La obra en cuestión responde al título de "Los penetrados" (no se puede acusar al autor de publicidad engañosa) y, para llevarla a cabo, se realizó un casting entre numerosos candidatos que, además, recibieron una compensación económica de doscientos cincuenta euros por cabeza.

Bien. No he visto el vídeo pero puedo imaginármelo. La explicación que Sierra hace de su propuesta me resultó un tanto enrevesada, así que pido disculpas de antemano por los errores que seguramente contendrá mi versión del asunto. Era algo así como la fascinación por el porno, el miedo a la multiculturalidad, no sé qué del racismo y no sé cuántos de la política. Lo juro, no entendí nada y no logré retenerlo. Supongo que el mensaje original puede encontrarse fácilmente en la red de redes, pero lo cierto es que no interesa mucho para lo que pretendo comentar. De entrada me centraré en lo previsible. Obra de arte (digamos) con alto contenido sexual. Polémica. Preguntas, teorías, intenciones. Escándalo, provocación. Era ese su objetivo? Cabreo superlativo de Sierra que, indignado, aseguró estar harto de ser tildado de provocador, tras una trayectoria muy seria y profesional de veinte años. Y estaba harto, sobre todo, de que toda aquella expresión artística que no ensalzara las virtudes del poder fuera inmediatamente tachada de provocadora. En qué se basa este hombre para afirmar tal cosa, lo ignoro. Confieso que me he perdido.

Supongo que el debate es estéril. No sé si el arte ha muerto porque ni siquiera me veo capaz de definir el arte. No sé quién decide que una cosa es un manchurrón y otra parecida una obra única, parida por el genio de una mente privilegiada. No llego a tanto, ni lo pretendo. Quizá por eso no logro entender que un señor que llama arte a cuarenta y cinco minutos de sodomía, que pretendió una vez llenar de monóxido de carbono una sinagoga (según él, para condenar la barbarie del Holocausto y lograr que cualquier espectador pudiera empatizar con las víctimas sintiendo lo que ellos sintieron), o que construyó no sé cuántos módulos con heces humanas (el mensaje de esto último lo ignoro por completo), se agarre un cabreo de mil pares cuando le llaman provocador. De verdad pretende otra cosa que no sea provocar? El arte debe ser provocador, ir siempre contra lo establecido? Contra qué exactamente pretenderá ir el darse por el orto o los excrementos? Dónde quedó la estética del arte? Será por su ausencia clamorosa por lo que tantos dicen que ha muerto?

Mi conclusión es que, para más inri, los periodistas andaban de lo más desencaminados. Provocativo el sexo? A estas alturas? Hombre, por favor. Con la indigestión de cine porno, de publicidad explícita, de culto al cuerpo, de documentales, programas, artículos e investigaciones sobre el tema (increíble lo que da de sí la actividad más antigua y natural del ser humano), con la cantidad de debate que ha provocado, la de lecciones que nos siguen dando (queda alguien sobre la faz de la tierra que no sepa lo que son las bolas chinas?), el interés y el morbo que aún despierta (y eso que desde Calígula no hemos inventado nada, es más, corderitos somos al lado de aquellos lobos), cómo puede ser que aún se considere provocador? Y más en estos tiempos de libertades, lascivias, vicios confesos y exhibicionismo, ahora que todos somos tan modernos, tan chachis, tan erótico festivos! Provocador el sexo, con la que está cayendo, que nos lo meten hasta en la carta de ajuste? Qué va. Provocadora sería una muestra fotográfica de personas que, en medio de esta juerga, han decidido ser castos. Eso sí que es nadar contra corriente. Con un par. No se me ocurre nada más anti sistema. A mí, francamente, me dejaría con la boca abierta. Y puede que también se quedaran pasmados algunos artistas (esos que tanto se enfurruñan cuando se les acusa de polémicos) si, de repente, sus obras pasaran desapercibidas, sin provocar escándalo. Si se les aplaudiera unánimente. Os imagináis? Peor aún, si se les abucheara por aburridos!!! Quizá más de uno se indignaría de verdad entonces, dejando más que claras sus intenciones originales. Seré pérfida, pero lo que pagaría por verlo.

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